Reencuentros inesperados

La guerra se encontraba en un momento culmine, las vidas de todos acababan, muchos de ellos peleando contra las atrocidades que aparecían por momentos en la ciudad. Uno de los que parecía estar logrando ganar algo de terreno a estas criaturas era un poderoso tanasico que poco a poco acababa con quien se le pusiera enfrente, en un verdadero frenesí bestial masacraba a las criaturas, sin importarle los daños que él mismo sufría, en su locura apenas y distinguio a una sombra mucho más pequeña que las demás que poseía una máscara de teatro en donde debería ir su cara. Sólo alcanzó a notarlo con el rabillo del ojo por un instante, más cuando se giró con la intención de atacarle todo a su alrededor se volvió completamente negro...

Ya era bastante tarde esa noche, todas las luces de la ciudad estaban completamente apagadas, incluso las hogueras más grandes que prendian los grupos que le temen a la oscuridad ya se encontraban consumidas. Y en medio de la oscuridad Paul despertaba sobresaltado nuevamente, no era la primera vez que los sueños le atormentaban o le recordaban todo lo que había perdido en ese dia. Maldiciendo un poco a su suerte se levantó de la cama donde se quedó dormido hacía un par de horas, mientras deambulaba por el invernadero de las empresas Moore.

-Maldita sea, no se que sera peor, si quedarse dormido a mitad de la faena o tener pesadillas el unico dia en que puedes dormir en un colchón de verdad- Maldecía en parte para sí mismo y en parte para las plantas que se encontraban rodeandole, un acto un tanto de lunáticos de no ser porque estas a todas luces le entendían, pues reaccionaba a sus palabras y hasta a veces juraba que le intentaban responder -Lo próximo que me llevare de este lugar será esa cama, no estoy dispuesto a seguir durmiendo en el suelo, de todas formas su dueño no parece que vaya a volver... Como todos...

La amargura en su comentario tuvo el efecto contrario al que deseaba causando que su ánimo empeorase aún más, se desquito con un árbol junto a él un par de veces antes de continuar con su camino -Lamento eso... No se lo digas a Chaman... Si vuelve claro...

Escupió al suelo para desahogarse y continuó su camino por el sendero, ya había aprendido a no salirse de este, las plantas no paraban de molestarlo e incordiarlo siempre que se desviaba aunque sea un poco de este. Al llegar ala entrada del lugar su humor mejoró un poco, al entrar en ese lugar dejo un par de bolsas con provisiones escondidas tras el mostrador y por suerte su pequeña siesta no fue suficiente tiempo como para que alguien se atreviera a intentar robarlas, aunque claro solo llevaba un par de meses de vuelta a la ciudad y ya tenía cierta reputación, una de peleador y psicópata claro, pero la mayoría de los que había atacado se lo merecen, nadie se metía con él ni con los suyos. Agarró con fuerza las bolsas y se las puso al hombro dispuesto a marchar, más su avanzar se vio interrumpido con una experiencia de lo más extraña, en la entrada del lugar se encontró con con una chica de piel pálida y vestida únicamente con un poleron de buzo, esta chica parecía inofensiva pero lo que portaba en la mano era algo distinto, una especie de cayado con una farola a medio camino entre una calabaza y una lámpara antigua, el brillo de esta paralizó de inmediato a Paul causándole un miedo frío y penetrante que le hizo retroceder hasta la pared, era un miedo irracional y poderoso que la impidió pensar o actuar y solo desapareció en el momento en que esta chica se adentró entre las plantas del lugar desapareciendo el brillo.

Al desaparecer la chica Paul soltó las bolsas que cayeron al suelo haciendo un ruido sordo en el proceso, intentando comparar esa experiencia con alguna otra en el pasado que pudiera ser siquiera parecido, pero el miedo que sintió fue algo completamente antinatural por lo que el mismo no entendía el porque se encontraba en ese momento corriendo entre las plantas del lugar, tropezando constantemente con las raíces y ramas de estas pues hacía mucho que se había salido del camino pero eso era lo de menos, el encuentro anterior fue algo que no deseaba repetir pero en esta ciudad ya tenía experiencia en el ámbito de hacer cosas ilógicas para obtener los resultados deseados.

Tras un par de minutos corriendo tratando de descubrir cualquier rastro de la chica y su extraño farol logro dar con el misterioso y escalofriante brillo de este entre el follaje, apartando la vista de este y fijándose sólo en el suelo mientras continuaba corriendo dio finalmente con el lugar donde se encontraba la chica que se giró por completo al ser interrumpida extendió inmediatamente su arma la cual volvió a paralizarse, la misma sensación de pánico se empezó a apoderar de Paul que solo logro gritarle entre resuellos -¡ESPERA!... SOLO ESPERA-

Por un momento ambos fijaron su vista en el otro, instante en el cual Paul noto lo frío y profundos que eran los ojos de la chica, como si fueran un pozo negro, tras ese breve intervalo el brillo de su farol se apago, tragado por las sombras que se alzaban sobre la chica como si de un animal salvaje cubriendola por completo, dejando el lugar en la oscuridad. Le tomó unos momentos acostumbrar a su ojo nuevamente a la oscuridad del lugar, mas cuando logro ver por completo el lugar donde se encontraba no pudo ocultar su sorpresa: En el fondo de este claro se encontraba un inmenso árbol de madera blanca, y hojas que sin lugar a dudas eran de color rojo, este árbol se veia muchisimo mas viejo que cualquier otro que se pudiera encontrar en el lugar, pero lo más sorprendente era el muchacho que se encontraba durmiendo entre las raíces de este, de piel morena, musculoso, con un conjunto simple de pantalones y una camisa manga corta, con unas largas rastas que ya le llegaban hasta la mitad de la espalda.

-Pero qué demonios, este chico... Si lo recuerdo, era el encargado de este lugar o algo así...- Decía mientras sacó de su chaqueta un encendedor y lo accionó, creando un poco de luz en el lugar, pudiendo así ver un par mas de detalles, como una retorcida trama que sujetaba en sus manos hecha de la misma madera que árbol en el que este estaba recostado, o la vieja máscara ritual la cual éste conocía demasiado bien y causó que éste no pudiera evitar dar un pequeño salto de sorpresa. -Pero que diablos, por que el tiene...- Balbuceo hasta que su mente uno dos y dos – ¿ESTE CHICO ES CHAMAN?- Grito sorprendido dejando caer el encendedor causando que la llama se apagara, a la vez que el muchacho se removía con suavidad dado que los gritos de este le despertaron -Agh!!! mi unico encendedor!!!...agh!!! las estúpidas plantas!!!- agachándose a recogerlo mientras pensaba en las cosas que se había llevado como ropa y comida, tampoco sabía de qué humor estaría su viejo enemigo al saber cómo estaba el mundo. Sus pensamientos se vieron interrumpidos por el susurro de alguien que sonó en su hombro, ligero como la brisa le sobresaltó por tercera vez en la noche:

Solo un Año más...